La muerte en Tres libros.
El
siguiente texto tiene como objetivo lograr que el tema de la muerte sea
explicado (como concepto), asimismo, exponer cómo es que el tema de la muerte
recorre los tres libros que leímos en el taller de artes literarias, es decir,
describiré la significación (desde mi interpretación), que le da cada libro
respecto al tema de la muerte.
Primeramente,
proporcionaré la definición de muerte que escogí para elaborar la relación de
la muerte y los tres libros; cabe señalar, que para definir el concepto me sustento,
desde la real academia española y del libro
“El amor, las mujeres, la muerte y otros ensayos” de Arthur Schopenhauer,
que considero sirven para desarrollar mi tema.
Después,
diré cuál es la relación de la muerte en los tres libros: Pedro Parado de Juan
Rulfo, Los de Debajo de Mariano azuela y Crónica de una muerte anunciada; y
luego, en cada uno, para terminar con mis conclusiones.
Antes
de iniciar, quiero mencionar que escogí el tema de la muerte por dos razones;
la primera, porque es un tema muy cotidiano y con distintos significados; y la
segunda, tiene que ver con el ímpetu que
le tengo a la muerte.
Por
otra parte, en el contenido de cada novela se presenta el tema de la muerte,
pero de distinta intensidad y forma. En lo general la muerte se manifiesta en
los tres libros, porque son novelas que describen distintas realidades y diferentes
formas de significación hacia la muerte. Por lo tanto, al narrar cada novela
una realidad humana con su respectivo contexto, están forzosamente relacionadas
con la muerte, dado que, el significado de la muerte es totalmente humano. Por
muy distantes que nos consideremos de la muerte, al final somos inseparables de
ella. Nacimiento y muerte pertenecen
igualmente a la vida y se contraponen. El uno es la condición de la otra,
forman los dos extremos, los dos polos de todas las manifestaciones de la vida[1].
Entonces, por el simple hecho de describir cada novela una cultura en
particular, está explícito el tema de la muerte.
Una
vez, que he dado el por qué escogí el tema de la muerte y cómo es que recorre
los tres libros, es momento de hacerlo en cada libro. Comenzaré siguiendo el
orden que llevamos en el taller de artes literarias.
En primer
lugar, Pedro Páramo; de los tres libros,
es el más nutrido del tema de la muerte. Es una interpretación de cómo en un
pueblo (Comala) de México se le da significación a la muerte, por ejemplo, la
novela inicia diciendo que Juan Preciado
fue a Comala, porque prometió que cuándo muriera su madre iría a Comala a
buscar al esposo de su madre (padre de Juan Preciado), y termina con la muerte
de Pedro Paramo:
Ejemplo:
inicio de la novela.
VINE
A COMALA porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi
madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera.
Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y yo
en plan de prometerlo todo. “No dejes de ir a visitarlo –me recomendó-. Se
llama de este modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte.”
Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto
decírselo se lo seguí diciendo aun después que a mis manos les costó trabajo
zafarse de sus manos muertas.
Ejemplo:
fin de la novela.
Se
apoyó en los brazos de Damiana Cisneros e hizo intento de caminar. Después de
unos cuantos pasos cayo, suplicando por dentro; pero sin decir una sola
palabra. Dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoronando como si fuera
un montón de piedras.
Como lo mostré en párrafos anteriores al
leer la novela “Pedro Páramo”, es
evidente que en el inicio y el final este presente la muerte de alguien, ya
que, la muerte de la madre de Juan Preciado desata toda la historia de la
novela y, para tan fascínate novela no puede a ver mejor final que la muerte de
Pedro Páramo.
Por
otra parte, también la novela da muestra de la relación intrínseca entre vida y
muerte que tenemos los mexicanos. Nuestra cultura nos hace pensar que las
personas al morir no del todo desaparecen, creemos que el alma puede ir y venir
de dos mundos, incluso, el dos de noviembre celebramos a los santos muertos. En
lo que concierne a la novela, Juan Rulfo representa esta relación en varios sucesos
de la novela, según mi opinión, los sucesos más interesantes son cuando Eduviges
Dyada entabla conversación con las ánimas; para muestra, están los siguientes
dos fragmentos:
Fragmento
uno.
-¿De
modo que usted es hijo de ella?
-¿De
quién? –respondí.
-De
Doloritas.
-Sí,
¿pero cómo lo sabe?
-Ella
me avisó que usted vendría. Y hoy precisamente. Que llegaría hoy.
-¿Quién?
¿Mi madre?
-Sí.
Ella.
Ya
no supe qué pensar. Ni ella me dejó en qué pensar:
-Éste
es su cuarto –me dijo.
No
tenía puertas, solamente aquella por donde habíamos entrado. Encendió la vela y
lo vi vacío.
-Aquí
no hay dónde acostarse –le dije.
-No
se preocupe por eso. Usted ha de venir cansado y el sueño es muy buen colchón
para el cansancio. Ya mañana le arreglaré su cama. Como usted sabe, no es fácil
ajuarear las cosas en un dos por tres. Para eso hay que estar prevenido, y la
madre de usted no me avisó sino hasta ahora.
-Mi
madre –dije -, mi madre ya murió.
-Entonces
esa fue la causa de que su voz se oyera tan débil, como si hubiera tenido que
atravesar una distancia muy larga para llegar hsat aquí. Ahora lo entiendo. ¿Y
cuánto hace que murió?
-Hace
ya siete días.
Fragmento
dos.
-¿Qué
pasó? –le dije a Miguel Páramo-. ¿Te dieron calabazas?
-No.
Ella me sigue queriendo –me dijo-. Se me perdió el pueblo. Había mucha neblina
o humo o no sé qué; pero sí sé que Contla no existe. Fui más allá, según mis
cálculos, y no encontré nada. Vengo a contártelo a ti, porque tú me comprendes.
Si se lo dijera a los demás de Comal dirían que estoy loco, como siempre han
dicho que lo estoy.
-No.
Loco no, Miguel. Debes estar muerto. Acuérdate que te dijeron que ese caballo
te iba a matar algún día. Acuérdate, Miguel Páramo. Tal vez te pusiste a hacer
locuras y eso ya es otra cosa.
-Sólo
brinqué el lienzo de piedra que últimamente mandó poner mi padre. Hice que el Colorado lo brincara para no ir a dar
ese rodeo tan largo que hay que hacer ahora para encontrar el camino. Sé que lo
brinqué y después seguí corriendo; pero como te digo, na había más que humo y
humo y humo.
-Mañana
tu padre se torcerá de dolor –le dije-. Lo siento por él. Ahora vete y descansa
en paz, Miguel. Te agradezco que hayas venido a despedirte de mí.
En
definitiva, me la puedo pasar dando ejemplos de la novela en dónde se señale
contenido referente a la muerte, porque, como lo dije al inicio es una novela
cargada de expresar el valor simbólico de la muerte en una comunidad mexicana,
en este caso Comala, pero el objetivo del documente es crear una línea que
atraviese los tres libros con el tema de la muerte. Por tanto, en lo que
concierne a la novela de Pedro Páramo, sólo me resta decir, que es
excelente la forma en como Juan Rulfo, por medio de la realidad de un pueblo
(Comala) con sus pocos habitantes y el cacique de este pueblo (Pedro Páramo),
logra describir la relación y el simbolismo, que guarda el pueblo con la
muerte. Además, la descripción que hace de las atmosferas hace que el lector
sienta que va y viene de mundos lejanos; para ilustrar esto, esta lo que dice
Juan Preciado en su primera noche en Comala. Me sentí en un mundo lejano y me dejé arrastrar.
Así pues, la novela de Rulfo no es sólo una de las obra maestras de la
literatura mundial del siglo XX, sino uno de los libros que mejor puntualiza la
significación de la muerte en los mexicanos.
En
segundo lugar, la novela: Los de Abajo
de Mariano azuela, esta novela nos
regala una original visión de la Revolución, se podría decir que muestra la
esencia de esta lucha armada. El autor
da una ruta distinta de esta lucha armada. Hace visible la rebelión, la fuerza
y los ideales de la sociedad más marginada que lucho y gano la Revolución
mexicana.
Por
otro lado, en esta novela el tema de la muerte está inmerso de una forma
respetuosa y lúdica. Pues durante toda la trama los personajes juegan con la
muerte sin perderle el respeto. Saben que pueden burlarla, pero jamás escaparan
de ella. Por ejemplo, el respeto que se le tiene a la muerte en esta novela se
puede mirar cuando Anastasio Montañés le reza a sus compañeros que están
colgados de un árbol:
Los
federales habían regresado, y Demetrio recuperaba todos sus caballos,
escondidos en la sierra.
De
pronto, la Codorniz, que marchaba adelante, dio un grito: acaba de ver a los compañeros
perdidos, pendientes de los brazos de un mezquite.
Eran
ellos Serapio y Antonio. Los reconocieron y Anastasio Montañés rezó entre dientes:
-Padre
nuestro que estás en los cielos…
-Amén–rumorearon
los demás, con la cabeza inclinada y el sombrero sobre el pecho.
En cuanto
a la forma lúdica de ver a la muerte, la podemos encontrar en la novela, cada
vez que Demetrio y sus compañeros se enfrentan a los federales. Demetrio y sus
hombres juegan con el enemigo y con la muerte.
Para ilustrar esto, está la escena cuándo la Codorniz trastea a los
federales:
La
Codorniz surgió de improviso, en cueros, con los calzones tendidos en actitud
de torear a lo federales. Entonces comenzó la lluvia de proyectiles sobre la
gente de Demetrio.
-¡Huy!
¡Huy! Parece que me echaron un panal de moscos en la cabeza –dijo Anastasio Montañés, ya tendido
entre las rocas y sin atreverse a levantar los ojos.
Finalmente,
en el final de esta novela se ve puntualmente el respeto que hay hacia la
muerte y su parte lúdica que tienen hacia ella, ya que, Demetrio enfrenta a los
federales con juego, pero siempre respetando a la muerte:
Demetrio
derrama lágrimas de rabia y de dolor cuando Anastasio resbala lentamente de su
caballo sin exhalar una queja, y se queda tendido, inmóvil. Venancio cae a su
lado, con el pecho horriblemente abierto por la ametralladora y el Meco se
desbarranca y rueda al fondo del abismo. De repente Demetrio se encuentra solo.
Las balas zumban en sus oídos como una granizada. Desmonta, arrástrarse por las
rocas hasta encontrar un parapeto, coloca una piedra que le defienda la cabeza
y, pecho a tierra , comienza a disparar….
Su
puntería famosa lo llena de regocijo; donde pone el ojo pone la bala. Se acaba
un cargador y mete otro nuevo. Y apunta…
La
sierra está de gala; sobre sus cúspides inaccesibles cae la niebla albísima
como un crespón de nieve sobre la cabeza de una novia.
Y
al pie de una resquebrajadura enorme y suntuosa, como pórtico de vieja
catedral, Demetrio Macías, con los ojos fijos para siempre, sigue apuntando con
el cañón de su fusil…
En
tercer lugar, Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez, el
titulo de esta novela lo dice todo, es decir, todo el tiempo la novela va
narrando que van a matar a Santiago Nasar y por qué lo van a matar. Todo el
pueblo se entera que lo van a matar, pero él se entera hasta que lo van a matar
los hermanos Vicario.
Esta
novela, es un ejemplo de que cuándo se sabe que van a matar a alguien, causa en
las personas y en la comunidad interés y preocupación. Aquí la muerte es vista
como el fin de todo y más cuando es por homicidio, es la acción más violenta
hacia un humano. En otras palabras, la novela es una muestra de que la muerte
por homicidio es violenta e impresionante, particularmente, la que sucede en
esta novela:
-¡Hijos
de puta! –gritó.
El
cuchillo le atravesó la palma de la mano derecha, y luego se le hundió hasta el
fondo en el costado. Todos oyeron si grito de dolor.
-¡Ay
mi madre!
Pedro
Vicario volvió a retirar el cuchillo con su pulso fiero de matarife, y le
asentó un segundo golpe casi en el mismo lugar. “Lo raro es que el cuhillo
volvió a salir limpio –declaró Pedro Vicario al instructor-. Le había dado por
lo menos tres veces y no había una gota de sangre.” Santiago Nasar se torció con los brazos cruzados sobre el
vientre después de la tercera cuchillada, soltó un chillido de becerro, y trato
de darles la espalda. Pablo Vicario, que estaba a su izquierda con el cuchillo
curvo, le asentó entonces la única cuchillada en el lomo, y un chorro de sangre
a alta presión le empapó la camisa. “olía como él”, me dijo. Tres veces herido
de muerte, Santiago Nasar les dio otra vez el frente, y se apoyó de espaldas
contra la puerta de su madre, sin la menor resistencia, como si sólo quisiera
ayudar a que acabaran de matarlo por partes iguales. “No volvió a gritar –dijo
Pedro Vicario al instructor-. Al contrario me pareció que se estaba riendo.” Entonces
ambos siguieron acuchillándolo contra la puerta, con golpes alternos y fáciles,
flotado en el remanso deslumbrante que encontraron del otro lado del miedo. No
oyeron los gritos del pueblo espantado de su propio crimen…
En
definitiva, personalmente pienso que el mejor ejemplo que da cuenta del tema de
la muerte en Crónica
de una muerte anunciada, es
cuándo los hermanos Vicario acuchillan sin piedad y sin control a Santiago Nasar, porque, la
novela siempre nos está dirigiendo hacia la escena del homicidio, por lo tanto,
esta es la acontecimiento que más representa el tema de la muerte, pero desde
un crimen.
Como
conclusión final, para mí, la novela de Pedro
Páramo es la más cargada del tema de la muerte, porque, todo el tiempo Juan
Rulfo describe atmosferas, personas, voces, pensamientos, acontecimientos,
sentimientos, etcétera, para que pensemos constantemente en nuestro valor
simbólico hacia la muerte; en cambio, en Los
de Abajo sólo se refieren a ella cuándo Demetrio Macías y su gente entran y
salen de combate con los federales, ya que, ahí se ve como se respeta y se
juega con la muerte; y aunque la novela de Gabriel García Márquez es una
tragedia, que como actor principal tiene a la muerte, no tiene la misma carga
simbólica hacia la muerte como en Pedro
Páramo, pues, Crónica de una muerte anunciada sólo reduce el tema de la muerte en
un homicidio, y por el contrario, en la novela de Rulfo el tema de la muerte es
complejo y sublime.